No lo entiendo, de verdad. No era nada necesaria esta película para ya acabar de mancillar el poco prestigio que le quedaba después de las últimas incursiones en la guerra entre Skynet y sus Terminator con lo que queda de la raza humana. La cinta tiene un argumento plano a más no poder en el que sabes casi a cada momento lo que va a ocurrir más allá de que visualmente está bien (faltaría más). Interpretativamente mejor no hablemos, porque lo de rescatar a Arnold Schwarzenegger para esto es un lastre en toda regla. El 90% de sus apariciones y frases son para hacer una coña o para poner cara de robot, algo para lo que no necesita hacer nada en especial debido a lo que lleva en la cara. Del otro protagonista principal, Jai Courtney, mejor no hablamos. Ya se encargó él solito junto a “su padre” de cargarse la última de la saga Jungla de Cristal y ahora se ha propuesto destrozar también al gran Reese que nos dejó huella allá por el año 84 en los inicios de la saga. Mal, mal, mal. El único atisbo de normalidad (nada destacable, sólo normal) es Emilia Clarke haciendo de Sarah Connor. El análisis del personaje absurdo de un actorazo como J .K. Simmons me lo ahorro. Ah! Se me olvidaba Jason Clark, que hace de John Connor. Penoso es lo que me viene a la cabeza, ¿no había un tipo mejor en el mundo fílmico? En fin, que Terminator: Genisys nos lleva del futuro a 1984 y luego a 2017 intentando lo de siempre, que Skynet no llegue a conectarse, y logra justo eso, desconectarnos de cualquier esperanza que tuviéramos de recuperar algo de la mística de una saga que James Cameron nos trajo y que ahora estará descojonándose.
MI NOTA: 5/10