Antes de que Kevin Spacey se convirtiera en el genial Frank Underwood de House of Cards, tuvo un primer acercamiento a la política. En Corrupción en el poder nos metemos de lleno en el mundo de los lobbys y la gente que lleva esos grupos. La película está basada en un hecho real y nos cuenta como Jack Abramoff, un tipo sin escrúpulos, y sus secuaces se aprovechaban de los nativos americanos, de políticos corruptos y de todo lo que se pudiera sacar dinero sin escatimar en corruptelas y chanchullos. Spacey está realmente bien, demostrando la fiereza sosegada que luego ha trasladado a la serie que hoy le idolatra. A su lado un eterno secundario Barry Pepper que cumple bien y una Kelly Preston que cada vez más limita sus apariciones a algo anecdótico. Y eso que agradecemos porque es bastante mala. A mí la película me gustó porque hace entender perfectamente cómo funcionan las cosas en política, y aunque me entretuvo, hubiera esperado algo más del guión, sobretodo en ver qué pasó al final con todos los afectados por ese tipejo que se las daba de religioso y buena persona.
MI NOTA: 6/10